Un perro, un día al despertar por la mañana tenía un hambre feroz. Fue en busca de comida, cuando encontró a un gato en la basura, al verle pensó que era una buena presa. Fue tras él con la idea de comérselo, cuando lo alcanzó el gato le suplico:
-No, por favor no me comas. Si tan hambriento estás te puedo recompensar con grandes manjares.
-Esta bien, te daré unos días contestó el perro.
A los pocos días el perro volvió al lugar donde habían quedado y al no ver al gato se extrañó.
-¿Dónde está vuestro amigo con mi recompensa?-preguntó el perro de una forma amenazadora.
-A muerto al intentar conseguir tus grandes manjares-contestaron los amigos del gato.
Estos decidieron dejar solo al perro por su gran avaricia.
El perro, angustiado y arrepentido se dio cuenta del error que había cometido.
-¡Oh ,dios mío! Pude tener una gran amistad y por mi gran avaricia nunca la tendré.
Entonces, el perro decidió hacer algo al respecto sobre esto. Durante un largo tiempo trabajo muy duro hasta conseguir una gran granja, donde recogía y ayudaba a todos los animales necesitados.
Entonces, los amigos al ver su gran esfuerzo decidieron perdonarlo.
Moraleja: El que mal anda mal acaba.
Saludos
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