Era una mañana de invierno, hacia un sol radiante, en la famosa ciudad de Murcia, donde vivían en la orilla del río Óscar e Isa, donde tenían muchos ciruelos que colgaban ciruelas.
Un día viajaron a Roma, donde se encontraron una explanada grande, en la que vieron a lo lejos tres colmenas y se escuchaba ese sonido tan bonito de las abejas, en la que fabricaban su miel.
Al día siguiente, bajaron con sus hijos al colegio, a Miumicino y ellos se bajaron a la mar de esa ciudad.
Volvieron a Murcia y fueron a ver un mágico mago, él tenía una mesa con una roca, una rosa y un ramo y la rosa desapareció. La rosa y el ramo de tulipanes se convirtió en uno de rosas y la roca era muy pequeña y se convirtió en una más grande.
La tía de los hijos de Óscar e Isa, se casó con todo el amor del mundo con el hermano de la mujer de Óscar. Después, la pareja de la tía de los niños y el marido se fueron a Suiza de luna de miel, a los Andes. El viaje en avión era muy caro y decidieron viajar en tren, ya que a la tía le gustaba el sonido del tren rozando con el riel. Estando en Suiza, hicieron una excursión a un zoo y vieron a un gorila coger una oca. Fue muy emocionante explicaron ellos. Estuvieron también, en uno de los grandes lagos de este país, donde vieron la puesta de sol en sus aguas, ya que el contraste de luces entre la cima de la montaña, sus aguas y el sol, era maravilloso. Al finalizar su viaje, tuvieron un accidente en el cual, el marido estuvo en coma durante un mes, pero ya esta bien.
Eran días de calor, cuando regresaron a Murcia y empezaba el bullicio, las playas estaban a medio gas, ya que en primavera aun no están llenas de turismo. Toda la familia estuvimos en la Manga del Mar Menor, pasando un día de playa y comiendo todos juntos, aunque Óscar la “lió parda”, como siempre, con unos turistas que no le dejaban jugar al fútbol en la arena.
Esperando otro acontecimiento, se acaba el mes de junio, que el amor del verano nos lleve a otra aventura.
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