Érase una vez, una niña a la que llamaban Caperucita Roja por la caperuza que siempre llevaba puesta. Ella era rubia, con los ojos azules, tenía bastantes pecas en la cara y cuando se reía le salían dos hoyuelos en los mofletes. Un día, su madre le pidió que llevara a su abuela una cestita con un tarro de miel y un bizcocho, porque estaba enferma.
-Cuidado con el bosque, está lleno de brujas y seres mágicos que pueden hacerte daño, sobretodo las setas azules- le advirtió su madre.
Caperucita fue caminando por el bosque, de repente, empezaron a brotar setas del suelo de todos los colores pero las más abundantes eran las azules. Las setas azules empezaron a cantar para atraer a Caperucita. Ella, hipnotizada, se acercó a ellas. La setas le dijeron: -Ves a aquella casita de allí, podrás comer de todo tipo de dulces y luego, regresa aquí.-
Aquella casita tenía las paredes hechas de chocolate, con bastones de caramelo a los lados, una puerta de turrón, las ventanas de bizcocho, y en frente de la casa, una fuente de chocolate. Caperucita, hizo caso a las setas. Cuando vio aquella casa se quedó asombrada y sin pensarlo empezó a comer, cuando una ancianita salió de la casita y le dijo:
-Pasa, pasa bonita, aquí dentro podrás comer todos los dulces que quieras.
Caperucita, entró muy contenta. Pero la anciana resultó ser una malvada bruja. Durante el día, encerraba a Caperucita dispuesta a engordarla y a comérsela y por la noche la ponía a trabajar como una esclava. La bruja se cansó de esperar a que engordara y encendió el horno. Entonces Caperucita Roja se escapó de la jaula y la empujó dentro. Salió corriendo de la casita de chocolate y como las setas le habían dicho, ella volvió a donde ellas estaban. Las setas le ordenaron:
-¿ves a aquellas hadas de allí? Pues atrapa a todas las que puedas y las encierras en la jaula subterránea, así no podrán ayudar a nadie y podremos dominar el bosque.-
Caperucita atrapó a unas cuantas hadas y cuando ya estaba a punto de encerrarlas, apareció el lobo y le hizo beber a Caperucita una poción para deshipnotizarla. Ella se la bebió y regresó a su estado normal. Liberó a todas las hadas que atrapó. Cuando llegó a casa de su abuelita le contó lo que había sucedido, le dio la cestita y vio que ya se había recuperado. Su abuela le contó que ella tenía guardada la receta de una poción para hacer desaparecer a todas las setas azules, y la preparó. Caperucita, su abuelita y el lobo fueron con una regadera cada uno que contenía la poción, al bosque. Los tres, empezaron a regar todo el bosque hasta que no quedó ni una seta azul. Entonces, se fueron juntos a comerse la casita de chocolate.
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