domingo, 5 de mayo de 2013

EL NIÑO QUE QUISO VER LAS ESTRELLAS. Sofía Peiró

Había vez una un niño al que le encantaba la astronomía. Sus padres siempre le decían que era muy pequeño para ir al espacio y él siempre les pedía que le compraran un telescopio, pero ellos decían que no. Hasta que un día le compraron uno como regalo de cumpleaños. Él muy ilusionado se fue enseguida a  montarlo y con ayuda de su padre lo consiguió. El telescopio no era muy grande pero era difícil de montar. El padre le vio triste y dijo:
-¿Qué te pasa hijo?
-Nada-dijo él.
Lo que le pasaba es que a las estrellas las veía muy pequeñas y eso no le gustaba. Siempre había querido ver las estrellas grandes, más de cerca y eso aunque le acercaba, no era suficiente.
 Pasaron 18 años y un día se enteró de que una compañía pedía voluntarios para ir al espacio y él con 25 años se propuso entrenarse, pero no sabia como ni que pruebas harían. Nadie de su familia ni amigos había querido ser astronauta y él no sabía nada. Un día cansado de que le dijeran que no sabían nada buscó en el ordenador.y allí le ponía que había que superar unas pruebas físicas y psicológicas.
 Se entrenó para las físicas y para las psicológicas lo mejor que pudo. Cuando fue a hacer las pruebas las físicas no le costaron tanto como pensaba pero en las psicológicas le fue mal. Por eso se sorprendió cuando le llamaron y le dijeron que había quedado el tercero por lo tanto había pasado e iría al espacio la semana que viene. Él estaba contento porque al fin se iba a cumplir su sueño y decidió avisar a sus padres. Ellos muy contentos celebraron una fiesta y todos le felicitaron. Dentro de una semana se iba.
La semana pasó muy rápido y llegó el gran día, se hicieron los preparativos para irse y el cohete subió y subió. El cohete era grande blanco y con una raya roja que iba desde la parte de abajo a la de arriba. Allí dentro todo iba normal, bueno lo más normal que se puede ir en un cohete, y en poco tiempo atravesaron la atmósfera para encontrarse en un vacío negro y oscuro. Y pronto vieron las estrellas. Grandes, enormes y brillando con fuego alrededor.
-¿Puedo sacar una foto a las estrellas?-dijo él.
-Si, claro pero date prisa, tenemos trabajo que hacer.
-Gracias.
Él muy contento fotografió a la estrella.
Volvieron a la Tierra después de dos meses al acabar sus investigaciones y con una buena colección de fotos. Había podido ver las estrellas como él siempre se las había imaginado y siendo aún joven lo que le permitía tener otros sueños y quizá cumplirlos. Cuando salieron les esperaban muchas personas y periodistas que esperaban hablar con ellos, pero él se fue directo a ver a su familia que lo miraban con ojos contentos y sonrisas radiantes. Estaban orgullosos de él y él lo estaba también.
 Llegó a casa muy cansado después de celebrarlo y lo primero que hizo fue imprimir las fotos y pegarlas en las paredes de su habitación. Así siempre recordaría su viaje y como se cumplieron sus sueños.

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