martes, 11 de junio de 2013

Y vivieron felices para siempre:pero, ¿quién dijo juntos? Chelo Irueste.

Me voy a presentar, me llamo Alicia tengo 30 años. Llevo atrapada en la fecha 12 de agosto de 1991. Pensar que una simple fecha puede marcar toda una historia, toda una vida. A mí no me gusta andar con rodeos, por eso empiezo por el principio. Voy a empezar a contar mi gran historia.
El era alto, delgado, moreno, de complexión fuerte, esbelto, capaz de sacarte una sonrisa con solo mirarte, capaz de hacerte perder la noción del tiempo; ese era el chico del que yo me enamore repentinamente. Todo era demasiado bonito para ser verdad. Pensar que las cosas buenas no suelen durar mucho. Creí que esto duraría para siempre, pero siempre no dura tanto como esperaba.
Se puede decir que todo era perfecto, hasta que un día por la persona que más quería en este mundo, mi madre, tuve que marchar de Sídney a Canadá. Debido a su enfermedad, ese maldito contratiempo que mucha gente termina teniendo, el cáncer. Tuve que dejar todo lo que quería atrás, familia, amigos, seres queridos, barrio, y lo más importante a él.

En Canadá nada era como antes. Las calles tenía otro color, el campo otro olor, la gente otra expresión...No conseguía adaptarme a esta mágica ciudad.
Pasaron los años mientras mi madre se recuperaba; en ese tiempo conocí a un chico llamado Pablo, un compañero de universidad. Él fue el que intentaba que me olvidase un poco de Sídney pero, a pesar de todo no lo consiguió. Yo no podía olvidarme de todo lo vivido en el  pasado, mis aventuras, mis experiencias...lo que viví allí fue perfecto.

Por suerte mi madre se recuperó de la terrible enfermedad y volvimos a Sídney,después de 10 años volvimos. No perdí nada. No conseguí que nada cuajase.
De repente un día lo ví. En ese instante le di doble sentido a la frase "el amor no entiende de edades".Todos los sentimientos vividos en mi juventud volvieron a mí.Volví a revivir mi amor de adolescencia. Todos los recuerdos, las aventuras, las caricias...todo volvió a mi cabeza y no paraba de dar vueltas en ella.
 Me quede plantada en la acera sin saber qué hacer, si cruzaría, ¿saludaría o no?, temiendo por si no me reconocía, ¿ se acordaría de mi tanto como yo de él?; me di cuenta que aún, pasados 16 años ,lo quería nunca lo había borrado de mi mente.

Me decidí a cruzar;un golpe seco.

Desde mi cielo lo veía aún mas hermoso, le veía de una forma que jamás había apreciado.
Me gustaría saber si se dió cuenta de mi existencia al igual que yo me di cuenta de la de él. Me di cuenta de que los maores imposibles si existen y de lo más importante, en mi breve vida conseguí sentir un amor verdadero.